Aceite santo de Santa Ana (Basilica de Beaupré – Quebéc)

FRUTO: Sacramental.

Nota: Aceite bendito. El costo que se pide es de recuperación, no hay ganancia.

 ORIGEN

Tenemos que remontarnos más de un siglo para rastrear el origen del Aceite de Santa Ana. Nuestros antepasados, que venían como peregrinos, solían llevar a casa un poco del aceite que ardía en la lámpara del santuario, ante las reliquias de Santa Ana, para uso de los enfermos que no podían acudir al Santuario. Posteriormente, los guardianes del santuario solían preparar este aceite con anticipación en cantidades suficientes para las necesidades de todos.

En 1658 cuando Louis Guimont, que sufría de un dolor de espalda insoportable, vino a ayudar en la construcción de la primera capilla y, como resultado, se curó milagrosamente. Esta sería la primera de una serie interminable de curaciones hasta el día de hoy.

Ya en 1665, una monja ursulina, escribió las siguientes palabras: “Siete leguas de aquí, hay un pueblo llamado “El Cabocito”, donde hay una iglesia dedicada a Santa Ana en la cual Nuestro Señor está haciendo grandes maravillas a favor de la santa madre de la Santísima Virgen María. Allí, los paralíticos andan, los ciegos ven, y los enfermos son sanados de toda dolencia”.

PREPARACIÓN ESPIRITUAL DEL ACEITE DE SANTA ANA

Aunque la preparación y entrega de este aceite están a cargo de la Tienda de la Iglesia, seguimos cuidadosamente la ceremonia tradicional para prepararlo. Las oraciones para la preparación de este aceite están inspiradas en el Ritual Romano. Santifican el aceite, dándole una ritual especial, aunque no infalible, para curar a los enfermos. Se enciende una lámpara votiva y se hace la preparación religiosa del aceite en presencia de un sacerdote, frente a la estatua y las reliquias de Santa Ana.

USAR

¿Cómo debe usarse? Las personas enfermas pueden usarlo exteriormente frotándose con él un lugar dolorido con fe y piedad. No debemos tener ninguna creencia supersticiosa de que es seguro que producirá una cura. Aunque el Señor Jesús, por intercesión de Santa Ana, bien puede obtenernos maravillas, nunca está obligado a hacerlo. Al hacer uso del aceite, nuestra oración personal, sostenida por la oración de la Iglesia, nos ayudará a acercarnos más a Dios y a obtener bendiciones espirituales.