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Rosario de la liberación. ¡Jesús, ten piedad de mi!
$6.00FRUTO: Liberación. Un rosario basado en la palabra de Dios, para glorificar el nombre de Jesucristo y pedirle la cura, salvación liberación.
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Novena para la lucha contra el poder de las tinieblas
$6.00FRUTO: Liberación. Pedimos al señor, a través de esta novena, que nos libere de las insidias del mal y que nos permita vivir en la paz que Él concede a sus hijos, como fruto del Espíritu Santo.
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Escapulario Virgen del Carmen y Escudo
$6.00FRUTO: Sacramental. ¿Qué proteccion da un escapulario? Es un símbolo particular que ayuda a morir en gracia de Dios. Es un signo de protección de la Madre de Dios a todas las personas que le manifiesten su amor y consagren sus vidas con sinceridad en busca de la santidad.
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Sacculum icon
$6.00FRUTO: Sacramental. Los sacramentales son signos sagrados, muchas veces con materia y forma, por medio de los cuales se reciben efectos espirituales y que son actos públicos de culto y santificación. Pueden ser “cosas” o “acciones”, por la intercesión de la Iglesia (Cfr. CIC. no.1166).
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“Rosario con Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Pidiendo que derrame las gracias de Dios”
$7.00FRUTO: Veneración a Ntra. Madre Milagrosa A lo largo de este rosario, meditaremos con cada avemaría lo que nos cuenta Santa Catalina Labouré sobre las tres apariciones de la virgen María en la que le recomendó la confección de la medalla Milagrosa.
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Novena a los Corazones Unidos de Jesús, José y María
$7.00FRUTO: Intercesión de los tres Sagrados Corazones. Jesús, José y María, les doy el corazón y el alma mía
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Novena de Sanación Interior
$7.00FRUTO: Sanación. Él es quien borra todas nuestras culpas y sana todas nuestras dolencias. Sal 103.3. Todos nosotros en algún momento deseamos liberarnos de las tentaciones, de los imprevistos de las dificultades propias de nuestra vida donde se multiplican exigencias variadas, diferentes desafíos a los que nos cuesta responder adecuadamente.
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Novena de los padres que oran por sus hijos
$7.00FRUTO: Sanación física y espiritual. Son nueve días de oración pero también de alivio y consuelo, momentos en los cuales se puede volcar al Señor todas las preocupaciones que aquejan a la familia ya que Él, como Padre amoroso, se interesa y vela por la vida de cada uno.